Uvas y vinos de Galicia

Introducción

La viticultura gallega proporciona vinos de excelente calidad tanto monovarietales como plurivarietales, basados en castas de uvas ancestrales anteriores a la plaga de la filoxera.

Los blancos son los más conocidos, con la variedad albariño como protagonista en las Rías Baixas; en el Ribeiro se mezclan variedades, con predominio de la treixadura; mientras que en el interior de Galicia (Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei) predomina la godello. Otras castas arraigadas desde antiguo, sobre todo en los vinos plurivarietales, son la torrontés, la caíño blanco, la loureira, dona branca y lado. En las demarcaciones cualificadas como Vinos de la Tierra destaca la variedad blanca legítima.

En los tintos, la variedad mencía es la reina en la Ribeira Sacra y Valdeorras, y la más cultivada en zonas donde predominan los blancos como Monterrei o el Ribeiro. Junto a ésta se usan otras variedades prefiloxéricas como sousón, caíño (largo, bravo y tinto), brancellao y merenzao. También castas ancestrales minoritarias se están recuperando en sus zonas de origen como la espadeiro, castañal y pedral en las Rías Baixas, ferrón en el Ribeiro y mouratón en la Ribeira Sacra.

La producción de los vinos plurivarietales se puede completar con otras uvas: los blancos con palomino, albillo y chenín blanco; los tintos con garnacha y tempranillo.

La producción comienza a diversificarse con la comercialización de vinos espumosos y la recuperación del vino tostado, un vino dulce obtenido de las mejores uvas.