Una cata de vino es una forma estructurada y formal de probar un vino. Existen 3 fases fundamentales a la hora de catar un vino: la fase visual, la fase olfativa y la fase gustativa.
Fase visual: Buscara apreciar el color del vino, su transparencia y se tiene burbujas. Las 5 características más importantes son: Limpidez (lo transparente que sería el vino), la intensidad del color, tonalidad del color, fluidez y efervescencia.
El funcionamiento de esta fase consistiría en mojar las paredes de la copa inclinándola y drale vueltas para apreciar su fluidez.
Fase olfativa: Identificamos en el vino los diferentes aromas que puedan estar presentes en el mismo, incluyendo posibles olores desagradables que pudieran significar un defecto en el vino o su posible mal estado, y a su vez, nos puede dar una pista de lo nuevo o añejo que pueda ser ese vino.
Una vez realizada esa acción, podremos distinguir el aroma, que se divide en tres grandes grupos:
-Primario: se refiere los olores que provienen de las frutas y de las flores (pasas, moscatel, cereza, arándanos, manzanilla, melocotón, nuez, aceituna)
-Secundario: olores que provienen de la fermentación (alcohol, sulfuroso, cloro)
-Terciario: olores que provienen de la guarda o del envejecimiento (madera, ahumado, tostado, incienso, vainilla).
Esta es una fase compleja, ya que tenemos que intentar adivinar descriptores de colores (amarillo, rojo etc.) y descriptores gustativos (doce, salado, ácido o amargo). El procedimiento, y mucho más sencillo, acercamos la copa a la nariz y aspiramos el aire.
Fase gustativa: como dijimos anteriormente, existen 4 sabores básicos: dulce, salado, ácido o amargo, que se perciben en diferentes partes de la lengua.
El procedimiento y sencillo, se toma un sorbo y se distribuye sobre toda la cavidad bucal, buscando identificar los sabores que se perciben y que persisten después de tragar el vino.
Para una experiencia más profesional, en el segundo sorbo debería tomar un poco de aire por la boca y expulsarlo por la nariz.
