El tostado

17 de Septiembre do 2021
Prensa de tostado

Conocido como torrado o tostado, esta clase de vino se incluye dentro de las Denominaciones de Origen Ribeiro y Valdeorras, pero, que sabemos sobre él? 

Las primeras referencias documentales de este vino datan del siglo XVII aunque en este momento a producción era escasa y generalmente para autoconsumo. La producción continuó durante las siguientes centurias hasta que con la llegada del siglo XX su elaboración comenzó a decaer debido al cambio de clima, a la caída de la hidalguía y a la mala red de transportes que impedían una expansión comercial.  Asimismo, la elaboración de este producto era muy laboriosa, tenía un rendimiento bajo (máximo de 40 litros por cada 100 kg de uva pasa) y unos altos gastos productivos por lo que muchas bodegas disminuyeron su producción hasta casi verse extinguida.

A pesar de esto, esta variedad única de vino se comenzó a recuperar en las décadas pasadas, siguiendo el siguiente proceso de elaboración: 

El vino tostado es realizado con uvas que se someten a un proceso de pasificación natural, seleccionando manualmente en cada cosecha los mejores racimos de uva, siempre de variedades autorizadas por las denominaciones, y usando más a menudo la variedad treixadura y brancellao (tinta) en la zona del Ribeiro y la de Godello en el área de Valdeorras. 

Una vez seleccionados los racimos, estos deben ser sometidos a un proceso de secado en espacios controlados sanitariamente, muy ventilados y a oscuras. Cada bodega puede escoger el método de colocación de las uvas para la pasificación más correcta, pudiendo recurrir al uso de ganchos verticales de mimosa o a emparrillados horizontales, entre otros. La uva deberá permanecer en estas condiciones un mínimo de 3 meses hasta conseguir las condiciones propicias de secado y dulzor. 

Tras lo secado es el momento de realizar un prensado suave del que se obtiene un mosto con un alto contenido en azúcares. Este mosto pasará la fermentar en barrica de roble o cerezo durante unos 6 meses y posteriormente tendrá una segunda fermentación en botella de 3 meses de duración, consiguiendo su máxima expresión de aromas y sabor y una graduación alcohólica de mínimo 13 grados. Conseguimos así un vino naturalmente dulce que no requiere de aditivos para conseguir la graduación alcohólica, sino que toda es fruto de la fermentación del azúcar natural que contienen las uvas sometidas al proceso de pasificación. 

El aspecto que adquiere este vino es de un tono amarillo ámbar con reflejos dorados en el caso del blanco, y de un color rojizo en el caso de los tintos.

Pero no todos los años el clima es propicio para la elaboración de este preciado vino pues requiere de un septiembre seco, soleado y poco húmedo para que los racimos se desarrollen correctamente. Del mismo modo, los viñedos utilizados deben estar situados en zonas soleadas. 

Como podéis observar,  el proceso de elaboración es muy laborioso, requiriendo de revisiones periódicas (diarias o semanales) para comprobar el correcto estado de la uva y eliminar posibles rastros de humedad o putrefacción. 

El producto resultante es de una calidad extraordinaria así que animaos a probar esta joya de vino!