El origen del brindis, entre traiciones y festividades.

22 de Enero do 2022
El brindis.

Entre festejos, carcajadas y los mejores deseos surge ese entrechoque de copas, el tradicional acto de brindar. Alzamos nuestros vasos y brindamos porque esta es una tradición en épocas festivas, pero lo cierto es que muy pocas veces nos paramos a pensar en cuál podría ser el verdadero motivo de esta arraigada y primitiva costumbre.

Son muchas las leyendas y los posibles orígenes que giran en torno a esta práctica, pero la hipótesis más antigua sitúa este hábito en la antigüedad clásica, una época en la que los banquetes y las celebraciones estaban a la orden del día. El anfitrión de estas reuniones acostumbraba a ser el primero en alzar su copa y beber de ella como demostración de que la bebida se encontraba en perfectas condiciones para el consumo de los invitados. A su vez el gesto de levantar la copa indicaba a los sirvientes que era el momento de llenarla de nuevo y con prontitud. Por otra parte, la mitología aseguraba que todos los sentidos se activaban mediante la toma del vino. Todos ellos menos uno, ese era el oído, por lo que se inventó el brindis para que también este último sentido se deleitara con la experiencia.

Con la Edad Media llegan tiempos de desconfianza, traiciones y argucias. Los brindis se convirtieron en un buen método para envenenar a enemigos o rivales políticos ya que al brindar era muy fácil que las gotas de las copas se mezclasen entre ellas. Era este un procedimiento silencioso y mortal, que no dejaba ninguna prueba a su paso. De esa forma el brindis se convirtió en un símbolo de confianza y lealtad entre individuos al asegurar que la bebida no llevaba veneno.

Una última teoría más contemporánea nos lleva hasta comienzos del siglo XVI con Carlos V, con motivo de la celebración ante el saqueo de Roma el 6 de mayo de 1527. Tras la victoria imperial las tropas alzaron sus copas y exclamaron ich bring dir´s, frase de origen alemana que al castellanizarse recuerda a la actual palabra “brindis”. La frase, traducida, venía a significar “te lo ofrezco”, como ofrenda de esta victoria a Dios y a la cristiandad. Por primera vez en la historia el brindis no se asoció con la traición y la desconfianza, tal y como ocurre en nuestro presente.

Ahora que conocéis un poco más acerca de los posibles orígenes del brindis podéis compartir esta curiosa información en próximas celebraciones para sorprender a familiares y amistades, pero nunca con la copa vacía ya que se tiene la creencia de que da mala suerte. Para todos y todas vosotros, ¡salud!