
Basándonos en el testimonio de Estrabón, el cultivo y la elaboración del vino en la zona del Ribeiro se remonta al siglo II antes de Cristo, teniendo como evidencia lagares de piedra que datan de aquella época. Posteriormente las invasiones germánicas frenaron la producción vitivinícola de la comarca pero no hicieron que desapareciese y con la llegada de la Edad Media fue el gran auge de este trabajo el que llevó al Ribeiro a lo más alto.
Durante la Edad Media se asentaron en esta zona en forma de granjas y prioratos los más importantes centros eclesiásticos gallegos, que tenían como objetivo proveer de vino sus sedes. Los monasterios, siendo el más importante el de San Clodio, fueron los grandes impulsores del cultivo de la vid y gestionaban y administraban los territorios por medio de contratos forales en los que se establecían el abastecimiento por parte del campesinado a los monjes para la elaboración del liquido sagrado.
En cuanto a su distribución, los monjes cistercienses y benedictinos de las distintas granjas y prioratos, jugaron un papel importante ya que el vino se lleva a Santiago de Compostela y posteriormente se repartía por todas las casas eclesiásticas de la época. Cuando la cosecha era abundante, el vino se llegó a exportar a países como Inglaterra y Flandes y allí se vendía como el más caro de cuantos había. Pasados los siglos los ingleses serían los principales clientes de este producto.
Entre los siglos XV y XVI el vino se convirtió en una de las mayores riquezas del Ribeiro y se exportó a muchos sitios de España y Europa. Principalmente se hacía en carruajes, en los que se llevarían los toneles, y llegarían a los puertos para su embarque. El vino del Ribeiro llegó al nuevo mundo de la mano de los barcos de Cristóbal Colón en el año 1492 y fue uno de los primeros en ser degustado en ese territorio. Tenemos constancia documental de que en el año 1592 se embarcaron 127 pipas de vino Ribeiro por 190 reales en el puerto de Ferrol con destino a América.
Más tarde ya entre el siglo XVI y XVIII se vivía en el Ribeiro un comercio floreciente, siendo su principal riqueza el vino de la zona, hasta que en el siglo XIX llegaron las plagas de origen americano que devastaron la comarca. Debido a estas plagas se precisó realizar la injerta de las vides con los pies americanos y como consecuencia se introdujeron variedades foráneas las cuáles eran más productivas en comparación con las autóctonas.
Actualmente la denominación de origen Ribeiro es conocida como la más antigua de Galicia, ya que fue proclamada en el año 1932 y la segunda de España siguiendo a Rioja, en ella se esta a reforzar los orígenes y también se esta apostando por la uva local para así obtener la máxima calidad y expresión de las variedades autóctonas.