II. Las enfermedades de la vid: El oídio.

29 de Octubre do 2022
Oídio

El siglo XIX estuvo plagado de enfermedades para el viñedo, pues aparecieron otras dos plagas (además de la filoxera) procedentes de América: el oídio y el mildeo.  En la entrada de hoy nos centraremos en la primera de ellas. 

El oídio se trata de una enfermedad fúngica que ataca a la hoja, los brotes, a la inflorescencia y a los racimos. 

Este hongo es visible en forma de manchas circulares blancas que afectan la hoja, siendo las hojas nuevas y los brotes más recientes las partes más susceptibles al mismo. Una vez a planta está infectada por el hongo, este se extiende, dando la sensación de que la planta está recubierta por una fina capa de ceniza (por lo que esta enfermedad también se conoce como ceniza, polvillo, ceniza, roya o blanqueta, entre otros muchos nombres). Pero aunque este aspecto pueda parecer inofensivo, debajo de ese polvo se pueden apreciar puntos de necrosis, haciendo que las uvas rompan y se detenga su crecimiento. 

Esta enfermedad, se desarrolla con mayor facilidad en zonas de la vid en la que el incidente de la luz solar es menor (ya que se trata de un hongo fotosensible). También requiere de altas temperaturas y elevada humedad para desarrollarse fácilmente. 

La problemática reside en que en los períodos fríos, el hongo hiberna en el interior de las yemas y en las varas, esperando el momento idóneo para su desarrollo. Este se alcanza cuando las condiciones de humedad son elavadas (entre un 50% y un 90%) y la temperatura se encuentra alrededor de los 15º, siendo este el momento en el que comienza la incubación (aunque la temperatura óptima para su esporación se encuentra alrededor de los 20-22º). 

En caso de que la temperatura sobrepasar los 35º o haya lluvias muy intensas  el desarrollo de este hongo se frena.

Para evitar esta enfermedad, la solución es la aplicación de azufre de manera preventiva cuando la planta empieza a brotar, renovando el tratamiento hasta que la planta comienza el envero. También es recomendable la poda en verde, la deshoja y la buena ventilación de la planta, entre otros cuidados. 

Las variedades de uva más sensibles la esta enfermedad en Galicia son la albariña, godello, brancellao, castañal, torrontés y ferrón.