I. Las enfermedades de la vid: La filoxera.

14 de Julio do 2022
filoxera en sus fases.

Actualmente si escuchamos el nombre de filoxera sabemos que se trata de un mal que afecta a los viñedos, pero esta enfermedad fue desconocida durante muchos siglos, hasta que en 1854 se le da nombre en Estados Unidos. 

Sería a partir de 1863 cuando comienza a aparecer en los cultivos europeos de Alemania, Francia y Austria, seguramente la causa del comercio de vides que existía entre Europa y América para paliar los daños de una plaga de oídio llegada a estas regiones unas décadas antes. 

La filoxera comenzó a extenderse sin control por Francia y otros lugares de Europa, haciendo que la expansión natural de la plaga siguiera su curso y entrara a la Península por Girona. Además de este punto de entrada, el comercio existente de vides americanas hizo que la filoxera llegara también a los puertos de Málaga y Oporto. 

Desde el Duero se comenzó a extender cara Galicia a través de su afluente, el Támega, detenctándose así en Vilardevós en 1882, y extendiéndose en los siguientes años por toda la comarca de Monterrei. A partir de este momento, la filoxera siguió avanzando, llegando a la comarca de Valdeorras, Ourense y Chantada en 1887. En este momento, comienza a frenar su expansión retrasando la llegada a la zona del Ribeiro hasta 1890/1. 

Mientras esta zona frenaba la expansión, debido a la aridez de sus suelos de sábrego (granito arenoso), llegaba desde Portugal otro foco que entraba a Galicia por Salvaterra, y se extendería por la costa, llegando a Betanzos en 1907.

¿Pero cuáles son las consecuencias de esta enfermedad? El pulgón vive bajo tierra, afecta a las raíces de las plantas y alimentándose de su zumo, por lo que la planta no puede seguir su proceso de desarrollo. Además, si bien es cierto que también daña a las vides americanas, no les afecta en el mismo grado que a las europeas, pues en las plantas americanas el insecto se alimenta de la raíz y de las hojas de la planta, sin causar daños importantes, mientras que en la variedad europea, solo se alimenta de la raíz provocando la aparición de daños que favorecen la entrada de hongos y podredumbre que condena a la planta a la desaparición. 

Como solución al ataque de esta plaga se comenzaron a injertar las vides europeas en los portainjertos americanos, más resistentes a la plaga que asolaba Europa. En el caso de Galicia, el primer vivero de pies de vid americana nace en Viloria (Valdeorras) de la mano de José Núñez Núñez, que había aprendido la técnica de la injerta en Logroño, a donde se habían mudado los viticultores de Burdeos, que habían salido de Francia a la llegada de la plaga para proveerse de vino a granel de la Península y para plantar en los suelos de La Rioja sus nuevos viñedos. Las variedades más utilizadas para la realización de los portainjertos o pies americanos fueron las de Riparia y de Rupestris de Lot, las cuáles aún se utilizan hoy en día. 

A pesar de la trágica situación, el suelo silíceo y el clima húmedo de Galicia hizo que la propagación de esta enfermedad no fuera tan rápida ni tan dañina como en otras regiones.